• jueves, 24 de enero de 2013

    El origen de la Alasita se sostiene en mitos y leyendas

    Las investigaciones del sociólogo especialista en patrimonio cultural, David Mendoza, muestran que la celebración de la Alasita y su relación con el Ekeko no han dejado evidencias escritas acerca de su origen. Sus antecedentes más conocidos están sostenidos en mitos y leyendas.

    Esta festividad de la miniatura se celebra en la ciudad de La Paz al mediodía de cada 24 de enero, y en diferentes fechas en el resto del país.

    Los autores más conocidos que escribieron sobre esta festividad fueron Antonio Paredes Candia, Rigoberto Paredes, Antonio Díaz Villamil, Carlos Ponce Sanjinés, Ernesto Cavour y Arthur Posnasky, cuyas obras están envueltas en leyendas y mitos sobre la feria y el personaje en miniatura.

    Alasitas 2013 en Bolivia


    Mendoza elaboró un expediente sobre esta festividad, pero no detectó una evidencia histórica en los archivos del país sobre la tradición, aunque sí memorias orales que atestiguan la celebración.

    Una de las causas por las que no existiría documentación, según el investiador, habría sido "la colonización española que no permitió desarrollar ciertos sistemas de creencias; entonces la historia ha sido proscrita, atacada, por eso no se tiene bien definido (la fecha, la localidad de la Alasita) qué es el Ekeko, porque hay muchas interpretaciones".

    Para comenzar, el nombre de Alasita tiene diferentes significados, en aymara el más conocido es el reflexivo "cómprame". "Trata de la compra de las illas, ispallas (amuletos, imágenes), miniaturas con el atributo de volverse reales, en medio de un ritual celebrado por el yatiri (adivinador) a las 12.00. Antiguamente, indígenas de comunidades venían a la feria a comprar illas, ispallas, animales y semillas, y duraba un día hasta dos, pero hoy dura como 15 días".

    Las versiones sobre el origen geográfico de la festividad son diversas, pero coinciden en que sucede en la región andina de Bolivia. Unos autores dicen que es en Tiawuanaku (antes Kollasuyo), en los pueblos kallawayas (enclave quechua) y otros en Chuquiago Marka (ciudad de La Paz), todos en el departamento de La Paz.

    Sobre Chuquiago Marka, una versión dice que estaba formada por comunidades y ayllus, y la Alasita habría nacido en la actual zona de Santa Bárbara, antes ayllu Uturuncu. Posteriormente la exposición recorrió por la plaza Murillo, la plaza San Francisco, el paseo El Prado, la Terminal de Buses y la avenida Tejada Sorzano, hasta asentarse en el ex Parque de los Monos o campo ferial.

    Tampoco existe claridad respecto de la fecha de celebración. "La alasita se fue ubicando en una época, unos dicen en octubre, otros el 21 de diciembre (solsticio de verano), al final se quedó en 24 de enero, relacionado con la fiesta de Nuestra Señora de La Paz y después del cerco del caudillo Tupac Katari, en 1781".

    Esta afirmación fue abstraída de una obra de Antonio Díaz Villamil, pero Mendoza observa que no existen pruebas para afirmar que, evidentemente, en 1781 se haya instaurado oficialmente la Alasita.
    "Gran parte de los historiadores -afirma Mendoza- eran hijos de hacendados quienes les contaban lo que hacían los campesinos. Por ejemplo, Antonio Paredes, Rigoberto Paredes son hacendados y seguro recogieron de algunos cuentos de los indígenas (sobre la Alasita y el Ekeko) y le dieron una narrativa literaria. Por tanto, son cuentos de tatarabuelos a abuelos, lo más particular y sospechoso es que esta fiesta no existe en el campo. En fin, la leyenda no surge de la nada seguro tiene algún sustento".

    Tres versiones


    El investigador Galo Illatarco elaboró el estudio Alasita: Festividad ritual del Eqeqo y las Illas. Una tradición andina viva, en la que analiza tres versiones y coincidencias sobre esta tradición.
    La primera versión que comparte Illatarco dice que la Alasita deriva del verbo aymara Alathaña (comprar), es una festividad sagrada de culto a la deidad andina de la reproducción y la fertilidad animal, vegetal y humana, de la buena fortuna, del amor y propiciador de las uniones sexuales (Ekeko), es además una festividad prehispánica celebrada en el Qhapaj Raymi cada solsticio de verano (21 de diciembre), caracterizada por la presencia e intercambio de dijes y miniaturas como símbolos de la tradición andina.

    La segunda explicación dice que Alasita proviene del verbo aymara Chhalaqa o Chhalaqasiña (intercámbiame). En el pasado habría sido un ritual sagrado (en el Qhapaj Raymi) dedicado al dios Sol con la presencia del Eqaqo Illa a través del intercambio de miniaturas illas, llallawas e ispallas que representan la fuerza reproductiva de los objetos, alimentos, animales y personas o símbolos con poderes reproductores y propiciatorios de producción y fertilidad.

    Una tercera versión señala que Alasita derivaría de la festividad incaica llamada Sitwa o Alaui Situa y sería una fiesta ritual del Eqeqo, de las takas y de las illas vinculadas a la fertilidad y a la salud, supuestamente realizada desde el 21 de septiembre hasta el 21 de diciembre.

    En conclusión Illatarco considera que actualmente la Alasita es "una festividad paceña de carácter cíclico y se caracteriza por la tradición de adquirir, intercambiar y/o comprar illas de muchos tipos y formas vinculadas a la producción agrícola y ganadera, a la fertilidad vegetal, animal y humana, y en general, al bienestar material, físico y espiritual".

    Tanto Illatarco como Mendoza coinciden en que no se conoce información fehaciente de esta fiesta en el momento de la fundación de La Paz.

    Una leyenda popular

    El escritor Antonio Diaz Villamil relata en su libro Leyendas de mi tierra que en 1781, durante el cerco a la ciudad de La Paz, encabezado por los caudillos indígenas Túpac Amaru y Túpac Katari, se impidió el ingreso de productos a la urbe.

    En ese contexto los campesinos Isidro Choquewanca y Paula Tintaya fueron separados por el patrón español Francisco de Rojas. El encomendero decidió trasladar a Paula la ciudad para que atendiera a su hija Josefa Ursula de Rojas Foronda, esposa del gobernador Sebastián de Segurola Marchain.
    Paula y la hija del español se refugiaron en un pequeño cuarto, custodiado por un Ekeko. La empleada guardaba maíz tostado, k'ispiña y charque de llama, provisiones que le eran enviadas su enamorado Isidro.

    Al retornar de la batalla, Sebastián de Segurola encontró a su esposa alimentada, rodeada de alimentos donde antes no había y la imagen del Ekeko en la habitación.

    Segurola, mediante una Ordenanza en 1783, dispuso el cambió de la fiesta tradicional del Ekeko de diciembre al 24 de enero, fiesta de la Virgen Nuestra Señora de La Paz, para festejar la victoria española. Díaz Villamil relata que Segurola, agradecido por la provisión de alimentos, hizo que Isidro Choquewanca fabricara un idolillo con los rasgos de Francisco de Rojas, su suegro, con una carga de alimentos en sus manos y espaldas. El idolillo también circulaba en el día de la festividad de La Paz, el 20 de octubre.

    PIEB

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