Las investigaciones del sociólogo especialista en patrimonio cultural, 
  David Mendoza, muestran que la celebración de la Alasita y su relación 
  con el Ekeko no han dejado evidencias escritas acerca de su origen. Sus antecedentes 
  más conocidos están sostenidos en mitos y leyendas. 
Esta festividad de la miniatura se celebra en la ciudad de La Paz al mediodía 
  de cada 24 de enero, y en diferentes fechas en el resto del país.
Los autores más conocidos que escribieron sobre esta festividad fueron 
  Antonio Paredes Candia, Rigoberto Paredes, Antonio Díaz Villamil, Carlos 
  Ponce Sanjinés, Ernesto Cavour y Arthur Posnasky, cuyas obras están 
  envueltas en leyendas y mitos sobre la feria y el personaje en miniatura.
Mendoza elaboró un expediente sobre esta festividad, pero no detectó 
  una evidencia histórica en los archivos del país sobre la tradición, 
  aunque sí memorias orales que atestiguan la celebración. 
  
  Una de las causas por las que no existiría documentación, según 
  el investiador, habría sido "la colonización española 
  que no permitió desarrollar ciertos sistemas de creencias; entonces la 
  historia ha sido proscrita, atacada, por eso no se tiene bien definido (la fecha, 
  la localidad de la Alasita) qué es el Ekeko, porque hay muchas interpretaciones".
Para comenzar, el nombre de Alasita tiene diferentes significados, en aymara 
  el más conocido es el reflexivo "cómprame". "Trata 
  de la compra de las illas, ispallas (amuletos, imágenes), miniaturas 
  con el atributo de volverse reales, en medio de un ritual celebrado por el yatiri 
  (adivinador) a las 12.00. Antiguamente, indígenas de comunidades venían 
  a la feria a comprar illas, ispallas, animales y semillas, y duraba un día 
  hasta dos, pero hoy dura como 15 días". 
Las versiones sobre el origen geográfico de la festividad son diversas, 
  pero coinciden en que sucede en la región andina de Bolivia. Unos autores 
  dicen que es en Tiawuanaku (antes Kollasuyo), en los pueblos kallawayas (enclave 
  quechua) y otros en Chuquiago Marka (ciudad de La Paz), todos en el departamento 
  de La Paz. 
Sobre Chuquiago Marka, una versión dice que estaba formada por comunidades 
  y ayllus, y la Alasita habría nacido en la actual zona de Santa Bárbara, 
  antes ayllu Uturuncu. Posteriormente la exposición recorrió por 
  la plaza Murillo, la plaza San Francisco, el paseo El Prado, la Terminal de 
  Buses y la avenida Tejada Sorzano, hasta asentarse en el ex Parque de los Monos 
  o campo ferial. 
Tampoco existe claridad respecto de la fecha de celebración. "La 
  alasita se fue ubicando en una época, unos dicen en octubre, otros el 
  21 de diciembre (solsticio de verano), al final se quedó en 24 de enero, 
  relacionado con la fiesta de Nuestra Señora de La Paz y después 
  del cerco del caudillo Tupac Katari, en 1781".
Esta afirmación fue abstraída de una obra de Antonio Díaz 
  Villamil, pero Mendoza observa que no existen pruebas para afirmar que, evidentemente, 
  en 1781 se haya instaurado oficialmente la Alasita. 
"Gran parte de los historiadores -afirma Mendoza- eran hijos de hacendados 
  quienes les contaban lo que hacían los campesinos. Por ejemplo, Antonio 
  Paredes, Rigoberto Paredes son hacendados y seguro recogieron de algunos cuentos 
  de los indígenas (sobre la Alasita y el Ekeko) y le dieron una narrativa 
  literaria. Por tanto, son cuentos de tatarabuelos a abuelos, lo más particular 
  y sospechoso es que esta fiesta no existe en el campo. En fin, la leyenda no 
  surge de la nada seguro tiene algún sustento".
Tres versiones 
El investigador Galo Illatarco elaboró el estudio Alasita: Festividad 
  ritual del Eqeqo y las Illas. Una tradición andina viva, en la que analiza 
  tres versiones y coincidencias sobre esta tradición.
La primera versión que comparte Illatarco dice que la Alasita deriva 
  del verbo aymara Alathaña (comprar), es una festividad sagrada de culto 
  a la deidad andina de la reproducción y la fertilidad animal, vegetal 
  y humana, de la buena fortuna, del amor y propiciador de las uniones sexuales 
  (Ekeko), es además una festividad prehispánica celebrada en el 
  Qhapaj Raymi cada solsticio de verano (21 de diciembre), caracterizada por la 
  presencia e intercambio de dijes y miniaturas como símbolos de la tradición 
  andina.
La segunda explicación dice que Alasita proviene del verbo aymara Chhalaqa 
  o Chhalaqasiña (intercámbiame). En el pasado habría sido 
  un ritual sagrado (en el Qhapaj Raymi) dedicado al dios Sol con la presencia 
  del Eqaqo Illa a través del intercambio de miniaturas illas, llallawas 
  e ispallas que representan la fuerza reproductiva de los objetos, alimentos, 
  animales y personas o símbolos con poderes reproductores y propiciatorios 
  de producción y fertilidad. 
Una tercera versión señala que Alasita derivaría de la 
  festividad incaica llamada Sitwa o Alaui Situa y sería una fiesta ritual 
  del Eqeqo, de las takas y de las illas vinculadas a la fertilidad y a la salud, 
  supuestamente realizada desde el 21 de septiembre hasta el 21 de diciembre.
En conclusión Illatarco considera que actualmente la Alasita es "una 
  festividad paceña de carácter cíclico y se caracteriza 
  por la tradición de adquirir, intercambiar y/o comprar illas de muchos 
  tipos y formas vinculadas a la producción agrícola y ganadera, 
  a la fertilidad vegetal, animal y humana, y en general, al bienestar material, 
  físico y espiritual".
  
  Tanto Illatarco como Mendoza coinciden en que no se conoce información 
  fehaciente de esta fiesta en el momento de la fundación de La Paz.
Una leyenda popular
El escritor Antonio Diaz Villamil relata en su libro Leyendas de mi tierra que 
  en 1781, durante el cerco a la ciudad de La Paz, encabezado por los caudillos 
  indígenas Túpac Amaru y Túpac Katari, se impidió 
  el ingreso de productos a la urbe. 
En ese contexto los campesinos Isidro Choquewanca y Paula Tintaya fueron separados 
  por el patrón español Francisco de Rojas. El encomendero decidió 
  trasladar a Paula la ciudad para que atendiera a su hija Josefa Ursula de Rojas 
  Foronda, esposa del gobernador Sebastián de Segurola Marchain.
Paula y la hija del español se refugiaron en un pequeño cuarto, 
  custodiado por un Ekeko. La empleada guardaba maíz tostado, k'ispiña 
  y charque de llama, provisiones que le eran enviadas su enamorado Isidro. 
Al retornar de la batalla, Sebastián de Segurola encontró a su 
  esposa alimentada, rodeada de alimentos donde antes no había y la imagen 
  del Ekeko en la habitación. 
Segurola, mediante una Ordenanza en 1783, dispuso el cambió de la fiesta 
  tradicional del Ekeko de diciembre al 24 de enero, fiesta de la Virgen Nuestra 
  Señora de La Paz, para festejar la victoria española. Díaz 
  Villamil relata que Segurola, agradecido por la provisión de alimentos, 
  hizo que Isidro Choquewanca fabricara un idolillo con los rasgos de Francisco 
  de Rojas, su suegro, con una carga de alimentos en sus manos y espaldas. El 
  idolillo también circulaba en el día de la festividad de La Paz, 
  el 20 de octubre. 
PIEB 
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