Alrededor de 40 grupos y de 2 mil estudiantes de diferentes carreras y
universidades cochabambinas participaron ayer de la XV versión de la
Entrada Universitaria, donde además de la variedad de danzas que se
presentaron (caporales, diablada, chacana, tobas, tinkus, tarqueda,
mineritos –baile que se presentó por primera vez–, salay, cullawada,
severinas, chacarera), resaltó la calidad y el colorido de los trajes.
El
color de los trajes lució en una tarde gris que acompañó a la entrada
universitaria, mas no la opacó y el público aplaudió y disfrutó la
expresión artística que cada año gana más adeptos en la ciudad.
De la misma manera, los bailarines no se guardaron nada y destacaron
con sus coreografías siempre tratando de mantener el orden para evitar
retrasos o baches durante el baile.
Por otra parte,
resaltó el interés de los organizadores por evitar el consumo de
alcohol, razón por la que el único auspiciador fue la Universidad Mayor
de San Simón.
Esta entrada fue organizada por la Dirección de Interacción Social Universitaria de San Simón y la FUL.
El
antropólogo y docente universitario David Pereira, parte del jurado
calificador, destacó de esta entrada la diversidad de danzas, la
vestimenta, la música y el entusiasmo de los grupos y valoró cómo “en el
contexto urbano se van consolidando los imaginarios en relación a
nuestra cultura, tradición y costumbres, particularmente entre los
jóvenes”.
Por su parte, Rubén Rivera, jurado y director de danza, ponderó “el rescate y el respeto a los pasos y a los trajes”.
Marcela
Aguilar, docente de la Carrera de Turismo, también parte del jurado,
rescató “la revalorización de la vestimenta, de la coreografía” y dijo
que debería recategorizarse las danzas en autóctonas, precoloniales,
coloniales y republicanas, de los primeros y últimos tiempos, para así
tener mejores parámetros de valorización.
Wilfredo
Camacho, investigador sociocultural y jurado, se mostró satisfecho
porque esta XV Entrada Universitaria ya no es un acto rutinario y ha
conjuncionado ciencia y danza.
“Cada grupo ha hecho
un trabajo de investigación sobre el origen de su vestimenta y su
música, y eso es lo que agrada, porque dentro de la cosmivisión andina
amazónica tenemos una profunda espiritualidad y ritualidad”.
Wilfredo
Camacho también destacó el rescate de danzas como los callawayas, que
no se veía mucho, los chapacos, collas. Además, dijo que los
universitarios ahora bailan basados en un sostén antropológico,
científicio y cultural, que demuestra que “se está revalorizando,
fortaleciendo y jerarquizando nuestra cultura”.
El
jurado calificador trabajó en base a los parámetros de coreografía,
calidad de la danza, vestuario y entusiasmo, que en total sumaban 80
puntos. Los ganadores se conocerán en los próximos cuatro días.
Además de varias carreras de San Simón, participaron representaciones de universidades privadas de Cochabamba.
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