• martes, 3 de julio de 2012

    Aconsejan crear una oficina sobre patrimonio de la Unesco

    El potencial cultural de Bolivia, registrado en la lista del Patrimonio de la Humanidad de Unesco, requiere de una oficina especializada que vele por su cuidado y preservación, dijo el diplomático boliviano Carlos Antonio Carrasco. 
    La dependencia debería ser controlada por el Ministerio boliviano de Culturas, también se dedicaría “exclusivamente” a recibir y procesar la documentación de nuevas postulaciones, afirmó Carrasco, quien en la actualidad se desempeña como Embajador de la Unión Latina ante la Unesco.

    Desde 1976, Bolivia es signataria de la Convención Internacional del Patrimonio Cultural, y desde 1988 ha logrado incluir en la lista cinco sitios (Potosí, Misiones de Chiquitos, el casco histórico de Sucre, el fuerte de Samaipata y el centro espiritual de la cultura de Tiwanaku), un parque natural (Noel Kempff de Santa Cruz) y las expresiones intangibles de la cultura Kallawaya y la Obra Maestra del Carnaval de Oruro.
    Muchas otras expresiones artísticas e intangibles, incluida la feria de Alasita y la festividad del Gran Poder, iniciaron estudios para postular a la lista internacional, lo que supone un riguroso trámite.

    Carrasco, quien también fue embajador de Bolivia en la Unesco, explicó que cada postulación requiere de una detallada gestión que los gobiernos deben cumplir. Una vez que se obtiene la nominación, cada Estado se compromete a cuidar el patrimonio. “Cuando se trata de sitios patrimoniales, no se puede tocar nada, ni una piedra sin permiso de un comité de la Unesco”, afirmó Carrasco, quien luego advirtió, a merced de su experiencia, que “es más fácil perder un sitio en la lista del patrimonio que ganarlo”. 

    La Unesco ha registrado 936 sitios patrimoniales desde 1972, cuando se creó la Convención, 183 corresponden a reservas naturales y 28 mixtos. Al momento, no existe una lista final sobre el Patrimonio Intangible de la Unesco y, a decir del experto boliviano, se trata de una de las áreas que mayor discusión provoca al interior del organismo.

    Carrasco, que volverá en agosto a París, también se mostró preocupado por el estado del patrimonio cultural de Siria, una nación afectada desde hace dos años por una guerra civil. Esta inquietud y otras de alcance global están reflejadas en su libro Conjeturas, que presenta esta noche en el Círculo de la Unión. 

    La Razón

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