El corso merece una estética audiovisual en las transmisiones al vivo por TV, cuidando la realización, iluminación, los sets y dejando de lado la verborrea intrascendente de los conductores. Algunos canales deberían destinar espacios para difundir shows carnavaleros completos, no fragmentos de dos minutos.
Cada año, el talento joven produce y conduce varios programas carnavaleros donde pesa más el entusiasmo que la calidad, prevalece la ley del menor esfuerzo sobre el buen tratamiento periodístico. Basta de concursos grotescos en los programas con la excusa de la alegría carnavalera. Que la reina del Carnaval y las de comparsas les den contenido a sus intervenciones en los medios y finalmente, que se controle la guerra de espumas y los baches que deslucen el corso infantil.
Una autocrítica permitirá mejorar muchas de las manifestaciones de nuestro Carnaval, que es único en Bolivia
Max Torres - Experto En Medios y Docente Universitario
El Deber
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.