En Cochabamba, como en gran parte del occidente del país, la k´oa del Martes de Ch´alla hace parte de una compleja ceremonia en la que, con algunas variaciones, se ofrece una ofrenda a la Pachamama, en agradecimiento por la vitalidad de la tierra y por los bienes adquiridos como casas, autos y terrenos, acompañada por la libación de bebidas alcohólicas, la ornamentación de personas y objetos (como plantas y animales) con serpentinas, la preparación de platos especiales, como el puchero, y la detonación de cohetillos. En muchos casos, la ofrenda, que incluye comida, bebida y el feto de un camélido, es enterrada en el afán de representar la entrega a la Madre Tierra.
CALENDARIO CARNAVALERO El historiador cochabambino, Gustavo Rodríguez, señala que el Martes de Ch´alla es una celebración ya plenamente acomodada al calendario carnavalero cochabambino, en la que se busca convocar a las deidades de la buena suerte.
A su turno, el investigador Juan Clavijo, recuerda que el Martes de Ch´alla es un rito andino de carácter agrícola, que ha sabido fusionarse a las fiestas de Carnaval. "Particularmente, la ch´alla es una práctica que se hacía en los centros mineros y los centros de adoración a las Wacas. Actualmente, es costumbre en gran parte de las familias hacer la ch´alla los primeros viernes de cada mes", afirma.
Los investigadores socio culturales, Melby Mojica y Wilfredo Camacho, sostienen que el Martes de Ch´alla no es festividad solo circunscrita al occidente del país, siendo que su celebración ritual abarca desde el área rural del altiplano hasta las ciudades orientales del país, pasando, por supuesto, por los valles como Cochabamba.
DINÁMICA FESTIVA. El antropólogo Javier Romero explica que no debe pensarse la k´oa del Martes Ch´alla como un ritual exclusivo del Carnaval, sino como una práctica que atraviesa la dinámica festiva del mundo andino directamente vinculada al ciclo agrícola.
Romero, que es candidato a doctor en Estudios Culturales y autor de varias investigaciones sobre el Carnaval de Oruro, precisa que la celebración del Carnaval, en tanto fiesta traída por la Colonia, ha adquirido la notoriedad especial en el contexto andino debido a que coincide con la primera cosecha del año.
Dice que la dinámica festiva en la que se desenvuelve el Carnaval tiene "un horizonte de acumulación, pero que en términos de proyecto civilizatorio andino se remonta a los urus" y, luego, a las relaciones entre urus y aymaras y entre aymaras y quechuas. "Y en los últimos cinco siglos ha intervenido también lo judeocristiano".
Afirma que rituales como los de la k´oa deben verse en el contexto de esta dinámica festiva, que no se reduce al Carnaval, sino que tiene diferentes hitos a lo largo del año en que se desarrolla el ciclo festivo.
Calendario.
LunesEn los valles, la semana carnavalera cobra impulso desde tempranas horas de la mañana del lunes. Los grupos van cantando coplas de tinte político, individual, social, costumbrista o sexual.
Martes de Ch’alla
La fiesta se torna familiar y más privada. Se inicia con la colocación de serpentinas, mixturas y flores a las personas y sus bienes.
Miércoles de Ceniza
Las comparsas inician la despedida del Carnaval, bailando y "copleando" por las calles del pueblo.
Jueves de Carnaval
Se caracteriza porque las comparsas se desplazan por los alrededores de la población urbana para festejar un día de campo.
Se busca la reciprocidad con lo sobrenatural y naturaleza
El
antropólogo Javier Romero explica que en el ritual de la k´oa los
humanos ejercen una relación de reciprocidad hacia los seres
sobrenaturales y la naturaleza, que encarnan deidades como la
"Pachamama" o "Madre Tierra". "Esto tiene que ver con que la vida se
concibe en una relación recíproca entre la comunidad humana, lo
sobrenatural y la naturaleza", señala.Romero sostiene que así como la naturaleza y los seres sobrenaturales le otorgan posibilidades de vida a los seres humanos, éstos recurren al ritual de la k´oa para devolver esas dádivas a la Pachamama, a las wak´as y a otras deidades sobrenaturales, así como a la naturaleza.
Aclara que todo este proceso de relaciones recíprocas no es algo que pueda reducirse al Carnaval, al tratarse de una fiesta colonial que, hasta hace solo dos siglos, solo festejaba la población colonial en las ciudades del país, mientras que las poblaciones rurales seguían festejando, como incluso ahora, la fiesta de la primera cosecha.
RITUAL En los valles, el Martes de Ch´alla se torna familiar y más privada. Se inicia con la colocación de serpentinas, mixturas y flores a las personas y sus bienes. Luego se quema la k´oa e incienso, sobretodo en los terrenos de siembra y en los distintos ambientes del hogar.
Las personas más ´´pudientes" de la población y algunas comisionadas de cada comparsa, hacen cocinar en sus casas el famoso th´impu, que es un plato parecido al puchero, en base a carne de cordero, papa, repollo y arroz. Las "bebidas espirituosas" son infaltables entre los pobladores, a la hora de expresar los mejores deseos de prosperidad y bienestar para sus familiares o vecinos.
En algunos lugares, es permitida la "paq´oma", una costumbre que, bajo el argumento de la alimentación, permite el robo de alimentos, aceptado por los propios dueños de terrenos o huertos.
Opinión
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