La fiesta de Todos Santos es una tradición muy arraigada en la cultura
boliviana, especialmente en la parte occidental del país y con símbolos
muy particulares. Un componente importante es la familia, porque Todos
Santos es un reencuentro familiar y cultural de las familias bolivianas,
que preparan cada 1 y 2 de noviembre una mesa con diversas ofrendas,
para recibir a las almas de sus seres queridos que dejaron este mundo
terrenal.
Cada familia alista un mesa con una diversidad de masitas como las
t'antawawas (pan con figura humana), escaleras, coronas, bizcochuelos,
caballos, frutas, dulces, refrescos, comidas, flores.
El primer día es de recibimiento y el segundo de despedida de las almas.
Acercamiento entre los "vivos y los muertos"
Todos Santos, ha logrado que miles de familias se reúnan para
celebrar, compartir y realizar todas las costumbres que enmarcan esta
tradición cultural.
En este siglo XXI y pese a los cambios, los padres se han encargado
por generaciones a transmitir la creencia a sus hijos de que sus seres
más queridos que dejaron de existir visitan, al medio día de este 1 de
noviembre, sus hogares para reencontrarse con las familias.
Esta tradición se mantiene con mucha fuerza, ya que la mayoría de las
personas la respeta como una relación entre los vivos y los muertos y
asimismo se siente segura de su reafirmación cultural.
Los cronistas relatan cómo los rituales funerarios continuaban
después de la muerte, pues se sacaba los restos de los grandes señores a
las plazas para que allí "coman y beban" junto a los criados que los
cuidaban.
En el contexto tradicional de lo andino, la población que vive en las
regiones rurales, son las más arraigadas de esta festividad.
En los cementerios de la periferias de la ciudad de La Paz y los que
están en pequeñas comunidades, en las tumbas de los difuntos se preparan
grandes mesas tradicionales, cañas que bordean los nichos, un variedad
incalculable de masas, "todos juntos en grandes familias".
Es un verdadero ritual de encuentro donde todo concurre y
efectivamente se festeja el encuentro familiar que se lo vincula con la
Pachamama (madre tierra), con esa alegría y energía cultural.
Fuerza andina sobre la occidental
En El Alto, las familias más humildes extreman sus esfuerzos para
cumplir con sus difuntos, ya que la tradición y costumbre de los pueblos
originarios perviven en los alteños.
Las costumbres y ritos andinos en el siglo XXI continúa con bastante difusión.
En la visión andina, no existe la muerte como final de la vida, sino
como un tránsito obligado para volver a la naturaleza, es así que la
Fiesta de los Ajayus, hoy Todos Santos, marca el inicio de un ciclo
ritual – agrícola el cual está asociado a la época de lluvias (Jallu
Pacha), es decir, en todos santos se entabla una relación entre los
muertos que dan vida a través de la fructificación de los sembradíos.
Por tanto, para el hombre andino el "recibir" de la mejor manera a sus
muertos ayudará en las actividades agrícolas.
En el mundo andino las festividades están asociadas al calendario
agrícola, en éste tenemos época seca (Awti Pacha), época de lluvias
(Jallu Pacha), época fría (Juyphi Pacha) y época de calor (Lapaka
Pacha), es así que la fiesta de los Ajayus, forma parte de este ciclo
ritual agrícola, el cual tiene relación directa con la fertilidad y la
reproducción (fertilización de las tierras).
En este contexto, la Fiesta de los ajayus, se iniciaba con la
preparación para el recibimiento de los cuerpos, a través de ritos de
permiso dirigidos a la pachamama para que en el espacio de diez días se
pudiera hacer el desentierro del cuerpo de los seres idos, pero no
ausentes. Sin embargo, en la época colonial estas prácticas funerarias
fueron extirpadas de las comunidades andinas. Por órdenes religiosas
católicas, los restos de los difuntos deberían enterrarse detrás de una
iglesia o en un espacio alejado denominado cementerio y ya no en las
casas, desde entonces, el sentido de la muerte y la vida cambia.
En la visión católica, la fiesta de Todos los Santos tiene que ver
con una rememoración a los seres que han sido declarados oficialmente
santos, pero también este acontecimiento podría ser entendido como una
perpetuidad del recuerdo y al mismo tiempo como una concretización en el
presente de algo que ya no está.
De esta manera, a través de la Fiesta de Todos los Santos nos
aproximamos a las almas y compartimos con ellas, y en esta relación se
expresan una serie de acciones que ponen de manifiesto una evocación por
lo que ya no está acá, en este mundo terrenal, pero que cada 1ro de
noviembre regresa con hambre y sed.
Los panes
La t׳ant׳awawa, representa a los ajayus cuyo cuerpo murió cuando fue niño.
El t׳ant׳achachi, representa a los ajayus mayores.
La t׳ant׳awila, representa a los ayajus adultos mujeres
La corona, representa a una especie de flores.
La escalera, sirve para que el ajayu baje de cielo (alaj pacha) hacia el altar.
Los caballos y llamas, se supone que se transforman en animales de
carga verdaderas que le ayudan al ajayu a cargas lo que se lleva del
mundo material.
Otros elementos
La llamitas de quispiña, sirven para que ayuden a los ajayus a llevar su carga que se acumula con las oraciones.
La cebollas con tallos, sirve para que cuando retorne a los nevados el ajayu, lleve en los tallos agua para calmar su sed.
La caña de azúcar, le sirve para apoyarse y mitigar su cansancio en el camino de retorno del ajayu.
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