• jueves, 1 de noviembre de 2012

    La Fiesta de Todos Santos, una confluencia de lo andino y católico

    La fiesta de Todos Santos es una tradición muy arraigada en la cultura boliviana, especialmente en la parte occidental del país y con símbolos muy particulares. Un componente importante es la familia, porque Todos Santos es un reencuentro familiar y cultural de las familias bolivianas, que preparan cada 1 y 2 de noviembre una mesa con diversas ofrendas, para recibir a las almas de sus seres queridos que dejaron este mundo terrenal.



    Cada familia alista un mesa con una diversidad de masitas como las t'antawawas (pan con figura humana), escaleras, coronas, bizcochuelos, caballos, frutas, dulces, refrescos, comidas, flores.
    El primer día es de recibimiento y el segundo de despedida de las almas.

    Acercamiento entre los "vivos y los muertos"

    Todos Santos, ha logrado que miles de familias se reúnan para celebrar, compartir y realizar todas las costumbres que enmarcan esta tradición cultural.

    En este siglo XXI y pese a los cambios, los padres se han encargado por generaciones a transmitir la creencia a sus hijos de que sus seres más queridos que dejaron de existir visitan, al medio día de este 1 de noviembre, sus hogares para reencontrarse con las familias.

    Esta tradición se mantiene con mucha fuerza, ya que la mayoría de las personas la respeta como una relación entre los vivos y los muertos y asimismo se siente segura de su reafirmación cultural.

    Los cronistas relatan cómo los rituales funerarios continuaban después de la muerte, pues se sacaba los restos de los grandes señores a las plazas para que allí "coman y beban" junto a los criados que los cuidaban.

    En el contexto tradicional de lo andino, la población que vive en las regiones rurales, son las más arraigadas de esta festividad.

    En los cementerios de la periferias de la ciudad de La Paz y los que están en pequeñas comunidades, en las tumbas de los difuntos se preparan grandes mesas tradicionales, cañas que bordean los nichos, un variedad incalculable de masas, "todos juntos en grandes familias".

    Es un verdadero ritual de encuentro donde todo concurre y efectivamente se festeja el encuentro familiar que se lo vincula con la Pachamama (madre tierra), con esa alegría y energía cultural.
    Fuerza andina sobre la occidental

    En El Alto, las familias más humildes extreman sus esfuerzos para cumplir con sus difuntos, ya que la tradición y costumbre de los pueblos originarios perviven en los alteños.

    Las costumbres y ritos andinos en el siglo XXI continúa con bastante difusión.

    En la visión andina, no existe la muerte como final de la vida, sino como un tránsito obligado para volver a la naturaleza, es así que la Fiesta de los Ajayus, hoy Todos Santos, marca el inicio de un ciclo ritual – agrícola el cual está asociado a la época de lluvias (Jallu Pacha), es decir, en todos santos se entabla una relación entre los muertos que dan vida a través de la fructificación de los sembradíos. Por tanto, para el hombre andino el "recibir" de la mejor manera a sus muertos ayudará en las actividades agrícolas.

    En el mundo andino las festividades están asociadas al calendario agrícola, en éste tenemos época seca (Awti Pacha), época de lluvias (Jallu Pacha), época fría (Juyphi Pacha) y época de calor (Lapaka Pacha), es así que la fiesta de los Ajayus, forma parte de este ciclo ritual agrícola, el cual tiene relación directa con la fertilidad y la reproducción (fertilización de las tierras).

    En este contexto, la Fiesta de los ajayus, se iniciaba con la preparación para el recibimiento de los cuerpos, a través de ritos de permiso dirigidos a la pachamama para que en el espacio de diez días se pudiera hacer el desentierro del cuerpo de los seres idos, pero no ausentes. Sin embargo, en la época colonial estas prácticas funerarias fueron extirpadas de las comunidades andinas. Por órdenes religiosas católicas, los restos de los difuntos deberían enterrarse detrás de una iglesia o en un espacio alejado denominado cementerio y ya no en las casas, desde entonces, el sentido de la muerte y la vida cambia.

    En la visión católica, la fiesta de Todos los Santos tiene que ver con una rememoración a los seres que han sido declarados oficialmente santos, pero también este acontecimiento podría ser entendido como una perpetuidad del recuerdo y al mismo tiempo como una concretización en el presente de algo que ya no está.

    De esta manera, a través de la Fiesta de Todos los Santos nos aproximamos a las almas y compartimos con ellas, y en esta relación se expresan una serie de acciones que ponen de manifiesto una evocación por lo que ya no está acá, en este mundo terrenal, pero que cada 1ro de noviembre regresa con hambre y sed.

    Los panes


    La t׳ant׳awawa, representa a los ajayus cuyo cuerpo murió cuando fue niño.

    El t׳ant׳achachi, representa a los ajayus mayores.

    La t׳ant׳awila, representa a los ayajus adultos mujeres

    La corona, representa a una especie de flores.

    La escalera, sirve para que el ajayu baje de cielo (alaj pacha) hacia el altar.

    Los caballos y llamas, se supone que se transforman en animales de carga verdaderas que le ayudan al ajayu a cargas lo que se lleva del mundo material.

    Otros elementos


    La llamitas de quispiña, sirven para que ayuden a los ajayus a llevar su carga que se acumula con las oraciones.

    La cebollas con tallos, sirve para que cuando retorne a los nevados el ajayu, lleve en los tallos agua para calmar su sed.

    La caña de azúcar, le sirve para apoyarse y mitigar su cansancio en el camino de retorno del ajayu.

    JornadaNet

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