"Me he hecho pisar con la hora”, dijo Mamani, mientras corría al punto de concentración. Este año, el evento inició a la hora acordada por el municipio. Desde las 10:00 las comparsas se encontraban listas para despedir al Carnaval mediante el baile. El acto sorprendió por la puntualidad, incluso a los que ofrecen puestos durante el recorrido. "La verdad, nos ha acelerado un poco que empiecen tan temprano. Siempre tardan un poco más. Lo bueno es que la mayor parte de la población viene para ver el entierro nomás, así que llegan tipo 14:00 recién hasta este lugar”, afirmó la comerciante Pamela Ríos.
Durante el trayecto, las familias aprovecharon el tiempo para jugar con chisguetes y espumas. "He venido con mi familia a ver el entierro y también para hacer que los niños jueguen un poco ahora que termina el Carnaval. Muchos aquí también están jugando, así que uno puede mojarse un poco ahora que hace tanto calor”, afirmó el padre de familia Francisco Maldonado.
Cerca de las 11:30, el ataúd del Pepino llegó a la puerta principal del Cementerio General. "¿Por qué te has muerto? ¿Ahora quién nos va a alegrar?”, gritó uno de los ch’utas que acompañó el cajón hasta su lugar de reposo. "Es una tristeza, pero no vamos a dejar de bailar porque es lo que nuestro amigo hubiera querido”, afirmó, sin dejar de bailar ni un instante. Al llegar al palco principal, el Pepino fue dejado en el camposanto mientras el baile no cesaba en la avenida Baptista.
Asimismo, el municipio participó también del evento con su propia comparsa de pepinos.
Acompañados de la banda Eduardo Caba, funcionarios de la Alcaldía bailaron representando al Pepino paceño. "Es una alegría poder estar aquí, no como trabajo, sino como parte de los festejos”, aseguró la funcionaria Vania Morales.
Página Siete
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