• domingo, 16 de febrero de 2014

    La fiesta grande del carnaval cruceño impulsa los negocios y genera empleos


    La fiesta grande de los cruceños da vida a los negocios afines al jolgorio carnavalero. Los talleres apuran el trabajo para entrega de casacas y de carros alegóricos, mientras que en los mercados de la ciudad comenzó la venta de espumas, globos, chisguetes y otros productos afines al Carnaval.

    Detrás de la alegría y los vistosos atuendos de los carnavaleros, hay gente que espera la fiesta grande para trabajar más que en ninguna otra temporada del año porque las carnestolendas son una oportunidad para mostrar habilidades y obtener recursos.

    Este es el caso de los confeccionistas de casacas y batas carnavaleras. Manos laboriosas como las de Ambrocio Fernández tienen bajo su responsabilidad que los comparseros tengan listos sus atuendos para el corso y los tres días de mojazón.

    Fernández tiene su puesto en el mercado Villa San Luis y debe confeccionar unas 400 casacas para 10 comparsas y para entregar a los supermercados. Durante esta temporada debe contratar a nueve personas, que le ayudan en la costura y colocado de botones, pues la demanda es alta y debe ser aprovechada porque se da una vez al año, asegura este sastre, padre de dos niños, que lleva 15 años haciendo este trabajo. “Ya entregué un pedido (150 casacas) a un supermercado, pero me pidieron más”, afirma.

    Su colega Román Fernández, que en ocasiones debe trabajar hasta la madrugada para cumplir con los pedidos, está confeccionando 200 casacas para tres comparsas.

    La labor también es intensa en los talleres donde se arman carros alegóricos. Por ejemplo, cuatro comparsas han puesto en manos del taller de Juliana Ribera el armado de sus carros para la presentación en el corso central. Cada detalle es trabajado con cuidado y esmero, pues la meta de los comparseros es destacar y salir premiados, dice Ribera, que heredó la actividad de su extinto padre, Néstor Ribera, quien durante 30 años mantuvo el negocio familiar. El taller de Ribera ahora está armando carros para el corso infantil.

    En la calle Mercado hay bastante movimiento. Como cada comparsa tiene un sello particular en su casaca o bata, unos 20 negocios de serigrafía apuran el trabajo para que los comparseros luzcan su distintivo durante la fiesta.

    Venta de productos

    En La Ramada, los puestos de venta cambiaron la oferta escolar por productos carnavaleros. Hay chisguetes, globos, máscaras, pelucas, disfraces, espumas y tintas a diferentes precios. Mariela García, propietaria de la importadora Elimar, ubicada en la calle Isabel La Católica, indicó que la venta al por mayor empezó a subir porque las tiendas de los barrios han comenzado a surtir sus negocios con productos carnavaleros.

    Productos a precios variados


    Casacas

    En los talleres de confección las casacas cuestan entre Bs 40 y 50 sin diseños ni letras. En las serigrafías cobran entre Bs 15 y 20 por los diseños. Los pedidos al por mayor tienen descuento.

    Productos carnavaleros

    Los precios varían dependiendo del tamaño y del diseño. Hay desde Bs 14 hasta Bs 1.200 la docena. La docena de espumas vale entre Bs 124 y Bs 127.

    Novedad

    En chisguetes uno de los llamativos y requeridos es conocido como cinco chorros, que tiene cinco salidas de agua. Cuesta Bs 90, cada uno. Las máscaras y pelucas también son bastante requeridas por los comparseros.


     El Deber


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