Cada año se busca con mayor ímpetu revalorizar las tradiciones culturales y costumbres de los pueblos, aprovechando el derroche de alegría, belleza y colorido de esta fiesta.
Las coplas carnavaleras, la gastronomía y las comparsas se imponen. En el Corso de Corsos, que es el sábado 16 de febrero en el paseo del Prado, son las Unidades Militares con sus carros alegóricos y sus disfraces particulares que le dan un toque picaresco a la fiesta. Asimismo las fraternidades y los grupos de amigos participan de esta actividad. Unos días antes, el domingo 10 de febrero, los niños son los protagonistas en el Corso Infantil y una semana antes la feria del puchero, la música del acordeón y la concertina dan un adelanto del Carnaval.
Los diferentes distritos también preparan un programa especial para despedir esta fiesta. La Cacharpaya, las tradiciones carnavaleras, entrada de comparsas y los takipayanakus son algunas de sus propuestas para los visitantes.
Opinión
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