La celebración, insignia de la ciudad ubicada junto al lago Titicaca, implica una pausa en el "duelo nacional" decretado por el Gobierno Municipal tras el robo el pasado mes de 28 joyas a la Virgen de Copacabana, considerada Patrona de Bolivia.
Aunque se realizó finalmente, los vecinos habían rechazado este año celebrar la ceremonia devocional debido al duelo.
Eso sí, la Alcaldía informó que se firmó un acuerdo con los miembros de la Asociación de Conjuntos Folklóricos para que todos los bailarines y músicos porten en sus brazos cintillos negros, símbolos del dolor por el robo.
El centro de los desfiles de una veintena de fraternidades, vestidas de trajes típicos o disfraces alusivos a monstruos de la tradición andina, es una capilla ubicada a los pies del Calvario, un sitio tradicional de peregrinación.
La conmemoración del Señor de Colquepata, una de las tantas celebradas en mayo en Bolivia, marca el final del ciclo agrícola, por lo que constituya también, para los creyentes, una fiesta de la cosecha.
Tuvo su origen en el supuesto hallazgo de una imagen milagrera de un crucificado por Santa Elena, madre del Emperador Constantino, durante el Siglo X, pero aquí ha devenido uno de los símbolos más fehacientes de transculturación y simbiosis desde los tiempos de la colonia.
Por ello, millones de personas acuden a la capilla cada año, mucho de ellos, integrantes de los grupos de baile de las danzas tradicionales, como las morenadas, los caporales, los pujllay y las llameradas.
"En la capilla hay una cruz andina llamada "la chacana" que significa la cosecha y a ella vienen los campesinos a pedir", indicó el oficial mayor de Culturas de Copacabana, Juan Pusari.
"Este año la entrada folklórica cumple 50 años, bodas de oro, por lo cual es un motivo de regocijo para la nación boliviana", aseguró.
mv/lio
Prensa Latina
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.